
El entorno de la falla infantil, en la actualidad más aperturista, goza de una gran variedad de estilos, que trata de romper con toda tendencia anterior (Clasicismo, Barroquismo fallero..).
A modo de Vanguardia, varios artistas, entre ellos Víctor, dan nuevas luces a la categoría.
Cual revolucionario, nuestro analizado hoy, huye de los focos del “capitalismo fallero”, dedicando su esfuerzo a comisiones de barrio con ideas muy claras y contemporáneas, como Palleter, Ribesan (Ripalda, Beneficencia, San Ramón) o Norte - Dr.Zamenhoff. No antes sin haber catado la sección especial (Reino de Valencia – Duque de Calabria, 2005, “Futur Perfecte”), fallita que tuvo la nimia recompensa de un 15º premio, pese a su caracterización infantil y su giro en la estética.
Sin embargo, esa falla espoleo a Víctor a intentar progresar, desde su lenguaje, para transmitir su concepto a los más pequeños. Llega entonces la falla cartel (No en vano, Víctor es un destacado cartelista e ilustrador), o falla POP, término que tanto gusta al artista. En sus monumentos se nos presentan conceptos del arte pop, como son los iconos, las marcas comerciales, y sus logos y símbolos. Entre ellos destacar la Vespa, Michelin, o incluso grupos musicales como la E.L.O, además de colores como el Morado, que marca su trayectoria. A la vez, atraen la atención del adulto, lo que anima a transmitir sus vivencias a sus hijos.
Esto no es más que un sencillo e identificativo pretexto para mostrar a los niños temas cotidianos e infantiles a partir de un concepto o palabra (La Pintura, Cestas, Los Complejos, Marcas….). Destacar la labor didáctica que desarrolla en cada proyecto, un regalo a la niñez.
Sin embargo, todos estos elementos de su lenguaje, tienen el culmen en la Falla grande de Ripalda-Beneficencia-San Ramón ’09. El catafalco, de clara visión frontal (Como la gran parte de su obra, apoyada en estructuras auxiliares), nos presenta una gran R (de “Recuperar”, de Ripalda) rodeada de un icono pop como es el Bibendum, el muñeco de Michelin. Las pocas figuras con las que cuenta el monumento, representan a la perfección el lema, entre ellas, a destacar dos, la llevada a la exposición, con mensajes políticos de los que pocos se atreven a realizar, en referencia a la memoria histórica, recordando más si cabe la idea de cartel propagandístico, cual Renau contemporáneo. La otra escena nos recuerda varias portadas de disco de vinilo, instando a recuperar esa faceta artística de la música, ahora perdida.
Como rezaba la falla infantil de Ribesan ’07, sus proyectos son Folk-Pop, originales, libres de cualquier refrito, a las que me gustaría añadir su carácter didáctico a partir de la Falla Cartel.