viernes, 12 de febrero de 2010

Incoherencia e Involución

La exposición del ninot 2010 da muestras de una evolución formal en monumentos mayores y va refrendando una modernidad estilística y diversidad temática en infantiles.

Sin embargo no dejan de sorprender los cánones elegidos en las escenas que se postulan como candidatas al indulto. En los monumentos infantiles es aun más acusada esta diferencia. Pasan los años y el futuro ganador no dejara de ser una figura de “Lladró”.

Lo que sí es sorprendente es que una de las escenas candidatas sea un grupo de Joan S. Blanch. Parece mentira que este artista, pionero en cuanto a estilo y temática en las fallas infantiles (siguiendo el camino de los Almela, Alares, Santés, Alarcón o Valero), ahora se “venda” a estos intereses.

Es totalmente contradictorio el cómo ha evolucionado el sector infantil de la fiesta. Si, al parecer, se ha logrado, en los últimos años, desterrar el estilo Lladró, el preciosismo y la purpurina de los monumentos infantiles (Primeros premios del propio Blanch, o Javi Fernández el pasado año), al parecer en la exposición la evolución sigue el sentido contrario. Por mucho que haya propuestas frescas e interesantes, el indulto lleva la misma dirección.

Y esa evolución infantil es involución en el caso de Blanch. Sus primeros monumentos (inolvidables los de Serranos-Pza. de los Fueros) eren composiciones muy estudiadas, con unas líneas muy limpias y una imagen infantil muy directa. Poco a poco (y con la previsible frase de que “el presupuesto hay que justificarlo”, que tanto daño ha hecho al monumento infantil) sus fallitas se han ido llenando de detalles, ropa, pelo, incluso movimiento.

Si bien este concepto es más palpable en los ninots que lleva a la Exposición. Lejos queda ese retrato de Josep Sanchis para Serranos el año 1997, con unas líneas que rallaban el diseño grafico, tan característico en la cartelería y escenografía de Blanch en sus monumentos. Otros de sus grupos para la exposición destilaban sátira y capacidad didáctica, a la hora que nos presentaba una estética actual y fácilmente reconocible por los niños. Destacar entre ellos, Serranos ’98 y Mercado Central ’00.

De Incoherencia e Involucion



Ahora bien, en los últimos 5 años, sus figuras (y en parte sus monumentos) se han convertido en piezas complejas y abigarradas con el objetivo de atraer al votante –adulto- de la exposición del ninot infantil. La nostalgia, las prendas de tela y el valencianismo (en esta última ocasión) son, por desgracia, bazas seguras para el indulto.



De Incoherencia e Involucion


Ojala los jurados y votantes hubieran premiado antes a Blanch para que pudiéramos disfrutar de su estilo original, sin restar merito a su trabajo actual, de una calidad excelente, pero a mi gusto, y al de la modernidad, de innecesaria parafernalia.



miércoles, 2 de septiembre de 2009

Añoranzas del Futuro


Con esta aparente contradicción, vamos a analizar la evolución del monumento fallero, desde un punto de vista diferente al de la estética formal (aunque también toque parte de ella), en las dos últimas décadas.

Y es que, si en el último periodo –finales S.XX y comienzos del S.XXI-, la renovación estética ha sido patente, aunque lenta y no todo lo radical que pretende la sección mas contemporánea de la fiesta, otros recursos modernos como la implantación de la tecnología y la interactuación del visitante con el monumento, han desaparecido de un plumazo.

Atrás quedan los años en los que Vicente Agulleiro recurría al movimiento en las escenas presentadas en la exposición del Ninot, para cautivar al público y llevarse una vez detrás de otra el indulto. El gran maestro se apoyaba en Rafael Gallent , que con sus conocimientos de ingeniería daba realismo a los grupos que planteaba el artista. Recordar también el homenaje que le preparó Mártinez Mollà en la falla del Ayuntamiento de 1993, ambientando una hipotética rotación de la falla municipal, a cargo del propio ingeniero.

En la década de los 90, proliferó el uso de la tecnología en las fallas de especial, pero sobre todo el concepto de falla temática, y por tanto, visitable. No podemos dejar de recordar a ese gran artista y escenógrafo como era Agustín Villanueva, hoy retirado Su trilogía de Convento Jerusalén, fue un cambio estético, aunque no formal, pero único en la fiesta fallera.

Los juegos de luces, sonidos, humo, agua y demás artilugios eran una constante en sus obras en el céntrico cruce de calles. Estos recursos se veían acrecentados por un cambio estructural-compositivo del monumento fallero. El catafalco dejaba de estar formado por basa, escenas cuerpo y remate, todo unido. Los remates se movían hacia cualquiera de las posiciones del emplazamiento, saliéndose del centro, y permitiendo el paso del visitante entre ellos. Caso más palpable, es Na Jordana 1990.

Sin embargo la revolución llego de la mano del mismo artista en Convento Jerusalén. Un trabajo escenográfico excelente, unido a una estética realista en las figuras, atrajeron a las masas de visitantes hacia sus fallas. Inolvidables son las fallas de 1992 –El templo del Hombre- , 1993 –La Mantis Viajera- , 1995 –Reencuentros en “Convent”, el Gemelo Azul y 1997 –Un Mar de Futur- , la falla que apenas dejaba paso entre las aceras de lo enorme que era en las bases.

Temas de ciencia ficción, en los que insertaba personajes de la actualidad, unido a la espectacularidad de sus montajes, hacían de la falla una visita más que obligada.

Sin embargo la creciente competencia y el estilo barroco provoco el abandono de Agustín Villanueva tras su última incursión en secciones inferiores, esta vez, en Quart-Palomar (2005).

Mientras, Miguel Santaeulalia aprovechaba la superficie de la plaza del portal Nou para invitar al visitante bajo el monumento, emplazamiento, que quizá es la única comisión (Na Jordana) que aprovecha en los últimos años para que el visitante interactúe con la falla (ej. Carme T’Estime – 2005).



La última referencia en materia de tecnología y temática fue el binomio Latorre y Sanz en La Merced. La comisión, que ya había experimentado con movimiento y humo en 1996 con “Drogas, No”, de Martínez Molla y su dragón, siguió apostando por la modernidad en la fiesta, y deslumbró al mundo fallero en 1997 con “El Gran Premio Nacional y el movimiento de la rueda trasera de la Motocicleta que coronaba el remate, así como el humo del tubo de escape.

Así mismo, en 1998 y 1999, sus monumentos se caracterizaron por permitir el paso de los visitantes entre las figuras del remate: en 1998 para ver el ninot indultat –Jacques Cousteau- y en 1999 para visitar el interior de la falla con el cómico vestuario del Valencia CF bajo el gran balón de futbol del remate.

Ya en 2004, las luces, el sonido, y el humo fueron protagonistas de la “diferente” propuesta de Delegido ("El Angel"), en la misma plaza.

Y ahora bien, que ha ocurrido en los últimos años? A parte de grandes fallas sin apenas contenido, el riesgo a la hora de jugársela con composiciones, temáticas y herramientas diferentes ha desaparecido. Falta aliciente para atraer al visitante, y artistas como Villanueva, Santaeulalia (padre) y Latorre y Sanz lo lograban.

Esperemos ahora que los nuevos artistas (y también las comisiones) echen la mirada hacia atrás y aprovechen el camino que otros empezaron a dejar despejado, y que hoy, casi desconocido, dejo de explorarse.

jueves, 21 de mayo de 2009

Punto y Seguido. Volveremos pronto.


En el proximo mes no habra entrada alguna. El curso entra en su fase decisiva y es hora de poner todas las fuerzas en ello.
Alla por Julio volveremos con ilusiones renovadas, nuevos temas para exponer y debatir, y quien sabe, quiza alguan entrevista a algun artista infantil.

Un saludo y gracias por la atencion.

sábado, 9 de mayo de 2009

El Descubrimiento 2009: Oscar Villada


Es difícil hacerse un hueco en el "mercado" de las fallas infantiles, un mundillo, con muchos vicios en forma de hadas, duendes, pero sobre todo refritos, en las secciones más pequeñas. 
Y es mucho más difícil si encima es tu primera falla. En esa tesitura se encontraba, en este ejercicio, Oscar Villada

El debutante artista de Alfafar, ha sido capaz de romper con toda tónica habitual en las secciones bajas, con su fallita de Doctor Sanchís Bergón – Turia, con la cual logró el 1º premio de falla y 1º premio de Ingenio y Gracia. Su irrupción ha sido fulgurante. El montaje, que versaba alrededor de la vida de una flor (Lema: “La Flor de la Vida”), se caracterizaba por una composición alegre, a partir de una ventana de una casa que albergaba una maceta, acompañada por el sol y las nubes. 


La temática, fácilmente explicada, y plenamente didáctica para los más pequeños, lucia como si de un libro de texto de primaria fuera. La representación, recordaba los esquemas gráficos de cualquier explicación sobre conocimiento del medio y la fotosíntesis.

Es precisamente, este estilo, lo que más llamaba la atención: la forma, el acabado y sobre todo y  la pintura plana, a partir de formas geométricas como si fueran vectorizaciones informáticas.
Es de gran merito, la no utilización de figuras humanas para explicar el concepto de la falla. Solo un par de Valencianos, que relacionan la temática con la fiesta fallera (La Ofrenda), jalonaban la composición en uno de sus laterales. Todo el monumento estaba adornado, en sus bajos, por una serie de macetas, pintadas presumiblemente por los “pequeños” de la comisión, que acentuaban la implicación del artista en el proyecto y comisión.

Acabado este ejercicio, Oscar ha renovado por la misma comisión y plantara su 2ª falla el año próximo. Desde aquí, le deseamos mucha suerte, y que siga apostando por su estilo y sus principios.

En resumen, aire fresco para las secciones pequeñas, con una misión clara y didáctica, como un libro abierto.

Podeis ver imagenes de la falla, aqui

Ademas, podeis visitar el blog del autor.

martes, 14 de abril de 2009

Víctor Valero: El concepto de Falla Cartel

El ahora firmante Marc Martell, antes conocido como el artista fallero Víctor Valero (o Triple V como cariñosamente le denomina mi amigo Fernando), es uno de los máximos exponentes de la nueva corriente fallera infantil, pero no solo son fallitas lo que engalanan su repertorio.

El entorno de la falla infantil, en la actualidad más aperturista, goza de una gran variedad de estilos, que trata de romper con toda tendencia anterior (Clasicismo, Barroquismo fallero..).
A modo de Vanguardia, varios artistas, entre ellos Víctor, dan nuevas luces a la categoría.

Cual revolucionario, nuestro analizado hoy, huye de los focos del “capitalismo fallero”, dedicando su esfuerzo a comisiones de barrio con ideas muy claras y contemporáneas, como Palleter, Ribesan (Ripalda, Beneficencia, San Ramón) o Norte - Dr.Zamenhoff. No antes sin haber catado la sección especial (Reino de Valencia – Duque de Calabria, 2005, “Futur Perfecte”), fallita que tuvo la nimia recompensa de un 15º premio, pese a su caracterización infantil y su giro en la estética.

Sin embargo, esa falla espoleo a Víctor a intentar progresar, desde su lenguaje, para transmitir su concepto a los más pequeños. Llega entonces la falla cartel (No en vano, Víctor es un destacado cartelista e ilustrador), o falla POP, término que tanto gusta al artista. En sus monumentos se nos presentan conceptos del arte pop, como son los iconos, las marcas comerciales, y sus logos y símbolos. Entre ellos destacar la Vespa, Michelin, o incluso grupos musicales como la E.L.O, además de colores como el Morado, que marca su trayectoria. A la vez, atraen la atención del adulto, lo que anima a transmitir sus vivencias a sus hijos.
Esto no es más que un sencillo e identificativo pretexto para mostrar a los niños temas cotidianos e infantiles a partir de un concepto o palabra (La Pintura, Cestas, Los Complejos, Marcas….). Destacar la labor didáctica que desarrolla en cada proyecto, un regalo a la niñez.



Sin embargo, todos estos elementos de su lenguaje, tienen el culmen en la Falla grande de Ripalda-Beneficencia-San Ramón ’09. El catafalco, de clara visión frontal (Como la gran parte de su obra, apoyada en estructuras auxiliares), nos presenta una gran R (de “Recuperar”, de Ripalda) rodeada de un icono pop como es el Bibendum, el muñeco de Michelin. Las pocas figuras con las que cuenta el monumento, representan a la perfección el lema, entre ellas, a destacar dos, la llevada a la exposición, con mensajes políticos de los que pocos se atreven a realizar, en referencia a la memoria histórica, recordando más si cabe la idea de cartel propagandístico, cual Renau contemporáneo. La otra escena nos recuerda varias portadas de disco de vinilo, instando a recuperar esa faceta artística de la música, ahora perdida.

Como rezaba la falla infantil de Ribesan ’07, sus proyectos son Folk-Pop, originales, libres de cualquier refrito, a las que me gustaría añadir su carácter didáctico a partir de la Falla Cartel.