Continuando la línea argumental de artículos como ‘Ese enigma llamado Falla Politécnica’ y ‘De fuera vinieron para quedarse’, pretendo culminar mis reflexiones sobre la necesaria relación entre las Fallas y el arte ajeno a ellas.
Los años de carrera, junto con el actual postgrado, me han demostrado que la distancia existente entre el mundo fallero y las demás artes no es solo la estética del monumento, como parece evidente al principio. Es más, diría que es el mal menor. El problema es la imagen global.
Estructuralmente la fiesta no se ha modernizado. Las fallas viven estancadas, como hace 40 años. Los casales no reflejan el diseño actual, la organización de las comisiones es prácticamente la misma (con la encomiable excepción de la figura de la Presidenta de Falla) y los actos viven en un estado de crítica constante, pero inmutables a cualquier cambio (ver ofrenda). Con osadía diría que hasta la indumentaria, pese a los ‘tendenciosos’ revivals, no ha variado en exceso. En el uso de la arquitectura, además de no disponer de recintos adecuados (Auditorios o Museos), se ha involucionado, como es el caso de la Exposicion del Ninot. Por no hablar de carteles y otros recursos gráficos…
Portada de Josep Renau. 1936, época de Vanguardias
Por su parte, la Falla, como monumento, va añadiendo nuevos creativos a su nómina, que poco a poco van explotando las posibilidades estéticas del mismo. A pesar de ello, se echa en falta innovaciones materiales, con el objetivo encontrar soluciones funcionales, baratas y sostenibles. La tecnología ha evolucionado, las fallas la han adoptado, pero ¿y su lugar de realización? ¿Responde la Ciudad Fallera al trabajo del S.XXI?.
Resulta paradójico observar un monumento de una estética contemporánea y actual, cuando todo lo que le rodea vive anclado en una línea anacrónica. Pero las fallas son así, que nadie las toque: ‘Virgencita que me quede como estoy’.
Las fallas en la República, ¿que estética reflejaban?
Al final, es la imagen global es la que echa para atrás a artistas, intelectuales, pensadores y académicos. Algunos por miedo a adentrarse en el inmovilismo reinante, otros por rechazo a la ‘imagen de las fallas’.
Es por ello por lo que las Fallas deben mirar hacia delante en busca de llegar a todos y no quedarse encerrados en la burbuja, pero siempre con una mirada global. Potencial hay, pero muchos no se dan cuenta.
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Las imágenes utilizadas para ilustrar esta entrada pertenecen a la ADEF. Associació d'Estudis Fallers. http://estudisfallers.fallas.com
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